Vivimos en un mundo donde se dice que nos quedan 12 años nada más para revertir un daño irreparable en el medio ambiente, un daño que no solo va a perjudicar nuestro futuro, lo que es peor, el de nuestros hijos y los hijos de sus hijos. La sustentabilidad, hoy en día se ha vuelto una palabra de mucho poder que resuena en nuestro interior y que comienza, de a poco, a manifestarse cada vez más en nuestro inconsciente.
Es usual que pensemos que la sustentabilidad tiene que ver únicamente con el cuidado del ecosistema, del medio ambiente y la naturaleza, porque sí, sin ellos nuestra raza simplemente cesaría su existencia. Así como también es común tener pensamientos como: “desde aquí no puedo ayudar”, “sólo las grandes acciones generan impacto”, “lo que yo haga no va a influir”, pero gracias a lo que he aprendido en estos últimos meses sobre el tema, me atrevo a decirles que no es así. Contribuir a la causa está mucho más al alcance de nuestras manos de lo que pensamos. Sobretodo para jóvenes estudiantes de moda como yo, que sabemos que la industria para la cual produciremos el resto de nuestra vida laboral es la segunda más contaminante del mundo entero:
“La industria textil (...) produce el 20% de las aguas residuales y el 10% de las emisiones de carbono en el mundo.” - Contra información
Dicho esto, me gustaría comentar sobre el importantísimo rol que juega el diseñador en la sustentabilidad. Dentro del marco del curso, tuvimos la suerte de presenciar cuatro seminarios de 3 diseñadores y 1 artista relacionando su trabajo con el tema (cuyas conferencias pueden ver el mi blog).
Hoy, particularmente, me gustaría centrarme en una tendencia de interés que se instaló en mi a principio de año y que planeo no abandonar mientras actúe bajo el nombre de diseñadora de modas: la apropiación cultural. Carol García es un ser de inspiración para mi desde que la conocí en marzo y fue, más aún, cuando escuche su conferencia hace poco más de un mes. Ella hace fuerte hincapié en que, como diseñadores, es nuestro deber valorar nuestros orígenes y aferrarnos a nuestra cultura más que a cualquier otra cosa a la hora de crear. Nos impulsa a crear desde ese punto de vista porque sostiene que es la mejor forma de preservar y exponer nuestra cultura.
Por este motivo, el semestre anterior nos propusimos con un pequeño grupo de compañeras, a crear una colección de moda consciente que encontró su inspiración en una de las raíces uruguayas: el candombe. Como diseñadores es muy común que busquemos inspiración “lejos de casa” cuando a veces, lo más rico en contenido esta al lado nuestro. Esta colección se llamó OMBÉ y proponía un homenaje a la danza nacional tomando el candombe y sus murales como fuente de inspiración. En las imágenes expuestas me gustaría mostrarles algunos de los diseños que resultaron.
El término “apropiación cultural” tiene cierta ambigüedad, pues, es cuando individuos toman elementos pertenecientes de una cultura y los descontextualizan apropiándose de ellos sin el reconocimiento correspondiente. Pero hoy, quiero adjudicar cierta connotación positiva y me gustaría decir que, al crear Ombé me colmé de expectativas sobre mi país y no pude haber tomado una mejor decisión que convertirme en conocedora y apropiarme de mi cultura.
La tendencia sustentable en relación al diseño de moda también habla de ser hacernos preguntas como “¿quién hizo mi ropa?” y ser conocedores de esa respuesta. Llegamos al punto sin retorno para la moda que nos “obliga” a exponer la transparencia de nuestro proceso productivo a raíz de una desgracia en la industria donde un edificio entero colapsó matando a miles de trabajadores textiles en pésimas condiciones.
Aquí les dejo un video de la organización Fashion Revolution que habla sobre lo ocurrido en Rana Plaza, Bangladesh.
Fashion Revolution es una organización sustentable sin fines de lucro que promueve el cambio en la cadena de producción textil, desde los productores hasta los consumidores de la industria. #Whomademyclothes es el movimiento que impulsa la transparencia de las empresas que según Carry Somers (fundadora y directora de operaciones globales de F.R.): es el principio del fin de las tragedias en la industria.
He aquí un video informativo sobre la campaña.
Finalmente, me gustaría impulsarlos también a todos aquellos diseñadores, creadores y consumidores a seguir la tendencia, emprender el cambio desde casa, concientizarse, conocer sus orígenes, proyectarlos hacia el futuro y apoyar a la producción honesta y “transparente”: la producción desde el lado más humano posible.
Como último motivador les dejo esta campaña de experimento social de Fashion Revolution que estoy segura les hará pensar dos veces antes de volver a consumir fast fashion.
Y recuerden, aportar nuestro granito de arena a la causa es más fácil de lo que creemos, este posteo habla un poco de eso, pero también los invito a leer las notas en mi feed que les aportara ideas sencillas de como sumarse al diseño y vida sustentable.